Por qué la productividad de las pymes españolas sigue cayendo y qué podemos hacer al respecto

No es ningún secreto: las pequeñas y medianas empresas (pymes) en España están pasando por un momento complicado. En el primer trimestre de 2024, acumularon cinco trimestres consecutivos de caída interanual en su productividad, según el Indicador CEPYME. ¿Qué significa esto? Básicamente, aunque están contratando más gente, no están logrando que este aumento de empleo se traduzca en mejores resultados económicos.

Es como si estuvieran corriendo más rápido, pero en una cinta que no avanza. ¿Y por qué está pasando esto? Vamos a desglosarlo.

El círculo vicioso: más empleo, menos productividad

De entrada, hay un dato que llama la atención: la productividad por empleado, medida en volumen de ventas, está en su punto más bajo de la última década. Esto no es algo que haya empezado este año. Ya antes de la pandemia se veían señales preocupantes. Lo que ahora empeora es el contexto: los costes laborales no paran de subir.

En los últimos tres años, los costes laborales han aumentado un 21,7 %, en gran parte debido a las sucesivas subidas del Salario Mínimo Interprofesional (SMI). Y ojo, esto afecta especialmente a las microempresas, que tienen menos margen para absorber estos incrementos. Para las pymes en general, en el primer trimestre de 2024, los costes laborales crecieron un 4,7 % interanual, continuando una tendencia que ya lleva diez trimestres consecutivos por encima del 5 %.

¿Resultado? Aunque generan empleo –un aumento del 2,7 % en este mismo periodo–, los costes por unidad vendida suben porque las ventas están estancadas. Es como si contratar más personas no estuviera ayudando a vender más, sino solo a gastar más.

El crédito: caro y difícil de conseguir

Por si fuera poco, las pymes también están lidiando con un acceso al crédito cada vez más complicado. Los tipos de interés que pagan han alcanzado el 4,91 %, una cifra que no se veía desde 2009. Y aunque el volumen de nuevos préstamos ha aumentado un poco, ajustado por la inflación, es inferior al de cualquier trimestre entre 2015 y 2019.

Este encarecimiento del crédito golpea a unas empresas que ya están endeudadas: la ratio de endeudamiento de las pymes españolas es del 87,1 %. Aunque es una mejora respecto al año pasado, sigue siendo una carga importante que limita su capacidad para invertir en mejorar procesos, tecnología o expansión.

Productividad estancada: ¿hay salida?

Entonces, ¿qué pueden hacer las pymes para salir de este atolladero? La clave está en mejorar su productividad, pero eso no es algo que ocurra de la noche a la mañana. Requiere inversión en tecnología, formación y optimización de procesos. Pero claro, aquí volvemos al problema del crédito caro y los márgenes ajustados.

Desde CEPYME han advertido que medidas como la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales podrían complicar aún más las cosas, especialmente si no vienen acompañadas de políticas que impulsen la productividad. Es decir, antes de recortar horas, hay que encontrar formas de hacer más en menos tiempo.

No todo está perdido: una ventana de oportunidad

A pesar de este panorama sombrío, no todo son malas noticias. Las previsiones económicas para España en 2024 apuntan a un crecimiento del 2,5 %, lo que podría abrir una ventana de oportunidad para las pymes. Pero para aprovecharla, es fundamental que tanto las empresas como el Gobierno tomen medidas concretas.

Por un lado, los negocios pueden empezar por optimizar procesos y buscar formas de reducir costes sin sacrificar calidad. Por otro, es necesario que se promuevan políticas públicas que faciliten la inversión en tecnología y formación. Porque, al final, lo que necesitan las pymes no es trabajar más, sino trabajar mejor.

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