El Congreso de los Diputados aprobó esta semana una reforma fiscal que promete marcar un antes y un después para las pequeñas y medianas empresas en España. Entre las medidas destacadas, la reducción progresiva del Impuesto de Sociedades para micropymes y pymes se presenta como una buena noticia… aunque con matices. Vamos a desglosar qué significa esto realmente para los negocios.
¿Qué cambia para las micropymes?
Empecemos por las micropymes, esas empresas que facturan menos de un millón de euros al año. Por primera vez, la normativa incluye este concepto como categoría específica. Esto les permitirá disfrutar de tipos reducidos en el Impuesto de Sociedades a partir del 1 de enero de 2025.
Pero, ojo, no verán el impacto real en sus cuentas hasta julio de 2026, cuando presenten la declaración del ejercicio anterior. Esto significa que tendrán que esperar un año y medio para beneficiarse realmente. ¿Qué supone esto en cifras?
- 2025: tributarán al 21 % por los primeros 50.000 euros y al 22 % por el resto.
- 2026: estos porcentajes bajarán al 19 % y 21 %, respectivamente.
- 2027: el tramo inicial quedará en un 17 %, mientras que el resto se gravará al 20 %.
Aunque la reducción es progresiva, la espera puede ser frustrante para muchas micropymes, sobre todo para aquellas con márgenes ajustados. Además, habrá que recalcular los porcentajes cada año, lo que podría complicar los trámites para los negocios más pequeños.
¿Y las pymes?
Para las pymes, aquellas que facturan entre uno y diez millones de euros anuales, la reforma también introduce cambios importantes. A partir de 2025, empezarán a pagar menos en el Impuesto de Sociedades, pero la reducción será más lenta:
- 2025: el tipo se reducirá al 24 %.
- 2026: pagarán un 23 %.
- 2027: el impuesto bajará al 22 %.
- 2028: el porcentaje será del 21 %.
- 2029: finalmente, se quedará en un 20 %.
A diferencia de las micropymes, las pymes no tienen tramos diferenciados por niveles de facturación. Sin embargo, este descenso progresivo también exige paciencia: las empresas no verán el impacto total de la reforma hasta dentro de cinco años.
¿Una oportunidad o un desafío?
Aunque esta reforma parece diseñada para beneficiar a los pequeños negocios, no todo es tan sencillo. Los economistas ya han señalado que estas medidas pueden complicar la gestión fiscal, especialmente para las micropymes. Calcular cada año los porcentajes aplicables puede ser un reto para quienes no cuentan con asesoría profesional.
Además, esta reducción en los tipos del Impuesto de Sociedades podría ampliar la brecha fiscal entre empresas y autónomos. Mientras que en 2029 una sociedad pagará un 20 %, los autónomos tributarán un 30 % por los mismos ingresos. Esto plantea una pregunta incómoda: ¿es esta una reforma justa para todos?
¿Qué pueden hacer las empresas mientras tanto?
Con la entrada en vigor de la reforma en 2025, muchas empresas se preguntarán qué pueden hacer para optimizar su carga fiscal. Aquí van algunos consejos prácticos:
- Revisar las previsiones de ingresos. Es importante tener claras las estimaciones para cada ejercicio y ajustar los pagos fraccionados en consecuencia.
- Invertir en asesoramiento fiscal. Contar con un buen asesor puede marcar la diferencia entre pagar lo justo o más de lo necesario.
- Planificar las inversiones. Aprovechar las deducciones disponibles puede ayudar a reducir aún más la factura fiscal.
- Adaptarse a los cambios progresivos. Aunque la reforma avanza lentamente, es esencial estar al día con las novedades para evitar sorpresas.