Pymes mexicanas: motor económico que requiere mayor apoyo e inclusión financiera

Las pymes mueven México, pero sin acceso real al crédito no van lejos

Cuando se habla de economía en México, no se puede pasar por alto a las pequeñas y medianas empresas. Representan el 99 % del total de negocios y generan más del 70 % del empleo. Son el verdadero pulmón del país. Pero, paradójicamente, ese motor no está recibiendo el combustible que necesita. Porque sin acceso a crédito, sin un empujón financiero de verdad, muchas de estas empresas solo sobreviven, no crecen.

La realidad es clara: apenas un 33 % del PIB mexicano está respaldado por financiamiento. Y eso, en un país con tantas pymes, debería hacer saltar las alarmas. Países como Chile, Perú o Colombia, sin ser potencias mundiales, ya han conseguido superar ese umbral. Aquí todavía seguimos mirando cómo nos adelantan por la izquierda.

Durante la reciente Convención Bancaria, Claudia Sheinbaum, presidenta de México, fue directa: “hay que abrir el grifo del crédito”. El mensaje iba dirigido a los bancos, que siguen obteniendo beneficios récord, pero a la vez mantienen a buena parte del tejido empresarial fuera del juego. Mucho discurso, muchas promesas, pero en la práctica, conseguir un crédito para una pyme sigue siendo una hazaña.

Eso sí, parece que algo empieza a moverse. El Gobierno y la banca han llegado a un acuerdo para aumentar en un 3,5 % anual el crédito destinado a pymes hasta 2030. Es un compromiso sobre el papel, ahora toca ver si se convierte en algo tangible para las empresas que lo necesitan.

El cambio no solo depende del Gobierno ni de los bancos

Para que las pymes mexicanas puedan despegar, hace falta más que intenciones. Sí, es fundamental que los bancos dejen de verlas como un riesgo y empiecen a tratarlas como lo que son: una oportunidad. Pero también hay tareas pendientes dentro del propio ecosistema emprendedor.

Primero, formalización. Muchos negocios siguen funcionando al margen de lo legal, no porque quieran, sino porque sienten que el sistema no les ofrece nada a cambio. Sin embargo, entrar en la economía formal es el primer paso para acceder al crédito, crecer, contratar personal, exportar…

Después, educación financiera. No basta con tener una buena idea o vender mucho. Hay que saber manejar los números, proyectar, tomar decisiones informadas. Sin esa base, cualquier crédito puede convertirse en una trampa.

Y luego está la sostenibilidad. No solo en lo ecológico, sino también en cómo se gestiona el negocio a largo plazo. Hoy más que nunca, las empresas que sobreviven son las que entienden que crecer no es solo facturar más, sino hacerlo de forma inteligente, estable y adaptada a los cambios.

Algunas iniciativas, como el Plan México, van en la dirección adecuada. El objetivo es que para 2030 al menos el 30 % de las pymes tengan acceso a financiamiento formal. Puede parecer poco, pero sería un avance enorme frente al panorama actual.

La clave estará en no repetir los errores de siempre: hacer promesas que no llegan, poner trabas burocráticas imposibles o diseñar productos financieros que no entienden las necesidades reales del pequeño empresario.

Porque al final, si las pymes tienen apoyo, México crece con ellas. Y si no lo tienen, nos quedamos todos en el mismo sitio.

Publicidad
Please go to "Widgets" section of WordPress dashboard and add widgets to Widget Area #1.