Solo el 12 % de las MiPYMEs ha iniciado su transformación digital pese a su potencial de crecimiento

En México se habla mucho de innovación, de digitalización, de futuro, pero los datos dicen otra cosa. Apenas el 12 % de las micro, pequeñas y medianas empresas ha empezado de verdad su transformación digital. Y eso, en un país donde las MiPYMEs representan más del 90 % del tejido empresarial, es una llamada de atención que no deberíamos pasar por alto.

Porque el problema no es la tecnología. El problema es que todavía muchas empresas no saben por dónde empezar, otras no confían y algunas simplemente no tienen el tiempo para planteárselo. Y así, mientras tanto, van perdiendo terreno frente a quienes sí están dando el paso.

Digitalizar no es instalar una app: es cambiar cómo operas

Uno de los errores más comunes es creer que digitalizarse es poner una terminal de cobro o abrir un perfil en redes sociales. Eso está bien, claro, pero no es suficiente. La verdadera transformación comienza cuando automatizas procesos, tomas decisiones con datos y reduces tareas manuales que te quitan horas todos los días.

Y ojo, no estamos hablando de que contrates un ingeniero o inviertas millones. Muchas herramientas son accesibles y están pensadas justo para pequeñas empresas. Lo que hace falta es voluntad, y a veces también quitarse el miedo. Porque sí, al principio cuesta. Pero luego te das cuenta de que simplificar tu contabilidad, gestionar tu inventario desde el móvil o enviar facturas en segundos te cambia la vida. Literal.

El problema es que muchas MiPYMEs mexicanas todavía no lo ven claro. O piensan que eso es solo para los grandes. Y mientras tanto, siguen llevando su contabilidad en papel, gestionando clientes por WhatsApp y dependiendo de procesos lentos que les impiden crecer. Ahí es donde se pierde tiempo, dinero y energía.

El reto es enorme, pero el potencial también

Lo curioso es que el país no está mal preparado. Hay conectividad, hay talento, hay apoyo institucional, incluso programas que ofrecen subsidios o formación. Pero la brecha no se ha cerrado porque falta una cosa clave: acompañamiento.

Muchas veces, la MiPYME se siente sola. No sabe qué herramienta elegir, no entiende las condiciones de los apoyos o simplemente no tiene a quién preguntarle. Y eso hace que, aunque haya recursos, no se aprovechen.

Las que sí han dado el salto ya están viendo los resultados. Tienen más visibilidad, venden más por internet, optimizan mejor sus costos y hasta pueden competir fuera de su ciudad o su estado. Son empresas pequeñas, sí, pero con mentalidad grande. Y esa mentalidad, hoy, vale más que cualquier recurso.

Por eso es tan importante hablar de esto. Porque digitalizar no es una moda, es una necesidad. Y cuanto antes se entienda, más fácil será cerrar la brecha. No es que todo se tenga que transformar de golpe. Pero si no se empieza ahora, otros lo harán antes.

Desde el punto de vista económico, esto también tiene consecuencias. Si solo el 12 % de las MiPYMEs está digitalizado, eso significa que hay un 88 % que aún no aprovecha su verdadero potencial. Eso frena el crecimiento del país, limita la creación de empleo y deja fuera a miles de negocios que podrían ser mucho más competitivos con solo cambiar la forma de trabajar.

Claro que hay obstáculos. La falta de tiempo, el desconocimiento, la resistencia al cambio. Pero eso no se resuelve esperando. Se resuelve dando el primer paso. Y ese primer paso puede ser tan simple como buscar una herramienta para organizar tus ventas, mejorar tu presencia en línea o aprender a automatizar algo que haces todos los días.

El momento es ahora. Porque lo que antes parecía caro o complicado, hoy está al alcance. Y porque quien no se adapta, se queda fuera. Así de claro.

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